¿Qué tipo de jefe eres? De hecho, ¿te consideras un jefe, o un líder? El liderazgo está cogiendo fuerza poco a poco, destronando a la figura del jefe tradicional que únicamente pone el foco en los resultados empresariales, tal como explica Maite Palomo, profesora del máster en Dirección de Personas y Desarrollo Organizativo de ESIC.
“Más del 40% de los directivos en el mundo manda en función del estrés porque trabaja pensando en los resultados y se olvida de gestionar a las personas”.
Por ese motivo, actualmente se está viviendo un cambio dentro de las organizaciones de las empresas, donde se está favoreciendo la incorporación de líderes por encima de jefes. En este artículo te mostramos hasta 16 estilos de liderazgo y cuáles son los más utilizados.
Pero, ¿cuál es exactamente la diferencia entre un líder y un jefe?
Índice de contenidos
- Diferencia entre un líder y un jefe
- Qué es el liderazgo
- Estilos de liderazgo empresarial
- 1. Liderazgo transformacional
- 2. Liderazgo autocrático
- 3. Liderazgo transaccional
- 4. Liderazgo democrático
- 5. Liderazgo laissez-faire
- 6. Liderazgo natural
- 7. Liderazgo carismático
- 8. Liderazgo burocrático
- 9. Liderazgo “por las personas”
- 10. Liderazgo orientado a la tarea
- 11. Liderazgo “de la curva”
- 12. Liderazgo situacional
- 13. Liderazgo visionario
- 14. Liderazgo paternalista
- 15. Liderazgo estratégico
- 16. Liderazgo con métodos de coaching
- ¿Cuáles son los estilos de liderazgo más utilizados?
Diferencia entre un líder y un jefe
Un jefe se podría definir como una autoridad impuesta que utiliza su poder para mandar y ordenar a sus subordinados, mientras que un líder es aquél que dirige y motiva a un equipo de personas sin imponer sus propias ideas. Cómo dijo José María Gasalla, codirector del programa de “coaching” de Deusto Business School:
“El líder trabaja para sacar el máximo talento, y para ello debe haber respeto, confianza y motivación”.
Por lo tanto, podríamos decir que el jefe tiene una visión más tradicional, con base en las acciones de mandar y ordenar a sus subordinados. Por otro lado, un líder crea y comunica las estrategias de la empresa motivando y dirigiendo a los equipos de trabajo.
Qué es el liderazgo
Una vez aclarada la diferencia, ¿cómo podríamos definir exactamente el liderazgo? El diccionario panhispánico de dudas lo define como la “condición de líder y ejercicio de dicha condición”, mientras que la Escuela Europea de Excelencia como la “capacidad que tiene una persona de influir, motivar, organizar y llevar a cabo acciones para lograr sus fines y objetivos empresariales”.
Por lo tanto, el liderazgo busca poder obtener, a partir de la transformación, motivación e influencia hacia los empleados, el máximo rendimiento, llegando a los objetivos marcados.
Aunque las características para ejercer un buen liderazgo empresarial deben ser similares en cualquier entorno laboral, la manera en que se emplea el liderazgo en las empresas no es siempre la misma, ya que los factores como el tipo de producción, el entorno y los objetivos, entre otros, pueden influir en la forma de liderar una organización. Por ello, el mensaje de este artículo no es elegir un único tipo de liderazgo y ceñirse a él, sino combinar diferentes estilos extrayendo lo mejor de ellos.
Estilos de liderazgo empresarial
1. Liderazgo transformacional
El líder es capaz de transformar y/o cambiar a sus empleados de forma positiva y valiosa. Su objetivo principal es motivar a los trabajadores para que cumplan los objetivos empresariales de la forma más eficiente.
En otras palabras, los líderes transformacionalistas alientan, inspiran y motivan a los empleados para que estos innoven y creen cambios que ayudarán a hacer crecer y dar forma al éxito futuro de la empresa.
Dwight D.Eisenhower explicó la base del liderazgo transformacional, con el cual puedes transformar a los empleados para que crean en los objetivos de la empresa y quieran alcanzarlos.
“Liderazgo es el arte de hacer que alguien haga algo que tú quieres porque la persona quiere hacerlo.”
2. Liderazgo autocrático
Se centra en permitir que los líderes sean quienes toman las decisiones y el control sobre el trabajo, siendo ellos quienes poseen la total autoridad y responsabilidad.
El líder es quien toma las decisiones, sin dejar que participen los empleados.
3. Liderazgo transaccional
Este tipo de liderazgo se basa en el intercambio entre el líder y los empleados. Es decir, se compensa a los trabajadores con incentivos cada vez que llegan a su objetivo o realizan correctamente su trabajo.
Aunque normalmente los incentivos suelen ser positivos (recompensas), también hay empresas que usan incentivos negativos (castigos), con la finalidad de dar un toque de atención a los que no han alcanzado los niveles esperados de productividad.
En este caso, el líder transaccional tiene un rol más pasivo y se preocupa más por fomentar el interés y el afán de superación de los empleados.
4. Liderazgo democrático
Como su propio nombre indica, este estilo de liderazgo se centra en la participación de todos. El líder debe incitar a los trabajadores a que participen en las opiniones y estrategias a utilizar en la organización, aunque sea él quien tome la decisión final.
Por lo tanto, este tipo de liderazgo busca el empoderamiento del empleado, siendo una forma de motivar a los trabajadores para que cumplan de manera eficiente sus tareas.
“Las buenas ideas no tienen jerarquía”
Maria Barra
La CEO de General Motors asegura que es importante integrar a todo el equipo en las tomas de decisiones, pues cada colaborador tiene diferentes funciones, perspectivas e ideas muy valiosas para el negocio.
5. Liderazgo laissez-faire
El laissez-faire, que en español significa “dejar hacer”, consiste en dejar que cada trabajador haga su trabajo, ya que nadie mejor que él sabe lo que debe hacer y cómo hacerlo.
Por lo tanto, el líder no dará órdenes ni instrucciones a los empleados, es decir, intentará intervenir lo mínimo, solo cuando sea estrictamente necesario.
6. Liderazgo natural
Este tipo de liderazgo nace por sí solo en un grupo de trabajo. El líder no es reconocido como tal con un título, sino que representa ese “rol” a la perfección. Este tipo de líder no suele ser cuestionado; se toman sus recomendaciones y guías como algo que hay que cumplir. Por lo tanto, el líder no dará órdenes ni instrucciones a los empleados, es decir, intentará intervenir lo mínimo, solo cuando sea estrictamente necesario.
Decimos que este estilo de liderazgo se crea de manera natural, porque nace gracias a la actitud diaria de la persona y su manera de trabajar. Son personas que ejercen un tipo de liderazgo muy apreciado y bien aceptado por el grupo.
Esta forma de liderar tiene mucha relación con tomar la iniciativa. Los líderes no son escogidos por alguien superior sino que ellos mismos se ponen al frente gracias a su carácter.
7. Liderazgo carismático
Es uno de los estilos de liderazgo más habituales en las organizaciones actuales. El líder es capaz de empatizar con los integrantes de la organización para sacar el máximo partido de los mismos.
Este tipo de liderazgo trabaja mucho más sobre los sentimientos y sensaciones positivas dentro del grupo. El líder debe ser carismático, empatizando genuinamente con los empleados.
Este tiene que tener una fuerte personalidad, pero no imperativa sino más bien constructiva. Todo gira en torno al líder, por lo que también puede tener una parte negativa, porque si el líder se va de la empresa, la estructura puede tambalear, incluso desaparecer.
8. Liderazgo burocrático
El líder se centra únicamente en cumplir a rajatabla las normas de la organización por encima de lo que es más conveniente para el equipo o lo que cada trabajador necesita para poder llegar a los objetivos marcados.
Este estilo de liderazgo conlleva una rigidez absoluta en el modelo de gestión, donde la política de la empresa es la única guía del líder.
Normalmente esta forma de liderar no está ligada a una única persona, sino que se encuentra en las autoridades y en las oficinas donde ningún superior toma decisiones, ya que todos/as se rigen por un conjunto de leyes y reglamentos.
El liderazgo burocrático funciona bien si se usa en cierta medida, sobre todo en decisiones económicas o cuando, por ejemplo, se usan materiales peligrosos y es necesario tener un control máximo de lo que se hace. Pero hay que tener cuidado de no caer en un exceso de autoritarismo y falta de empatía por no desviarse de las reglas.
9. Liderazgo “por las personas”
Como el propio nombre indica, este estilo de liderazgo se focaliza fundamentalmente en las personas, lo que se puede sacar de ellas, dónde pueden llegar y hasta dónde pueden crecer en la compañía con lo que lleguen a aportar.
Este tipo de líder sabe identificar las personalidades de los miembros de su equipo e intenta adaptar las tareas según sus necesidades, haciendo crecer a los trabajadores profesionalmente.
Los mandatarios deben estar orientados a organizar, hacer de soporte y ejercer la función de desarrollador de los equipos.
“Los líderes sobresalientes salen de su camino para potenciar la autoestima de su personal. Si las personas creen en ellas mismas, es increíble lo que puedes lograr.” Sam Walton, fundador de Walmart y Sam’s Club.
10. Liderazgo orientado a la tarea
En este caso, el líder potenciará lo contrario al liderazgo anterior; no priman las personas ni hacerlas crecer, sino que lo más importante es aquello que hay que hacer, la tarea que hay que ejecutar, y de la manera más rápida, económica y eficiente posible.
Puede ser ventajoso a la hora de ejecutar con eficacia y cumplir objetivos, pero también puede resultar desmotivador para los miembros del equipo si el líder antepone el cumplimiento de la tarea al bienestar de las personas de forma sistemática.
11. Liderazgo “de la curva”
Este estilo de liderazgo se basa principalmente en la “curva de la felicidad”: si todo funciona bien, el equipo está motivado, la productividad es elevada y el entorno es satisfactorio, la felicidad llegará al trabajo.
El líder debe construir de manera positiva todo lo que puede afectar al grupo, al trabajo y al desarrollo de las labores, para que así aparezca la curva de la felicidad.
Estos líderes trabajan por el éxito del equipo y están muy bien cualificados por los empleados.
12. Liderazgo situacional
Este estilo de liderazgo se puede considerar el más flexible. El líder conoce la madurez, el carácter y la manera de trabajar de su equipo de trabajo, así como las necesidades de su empresa. En función de todo esto, aplica el estilo de liderazgo más apropiado, cambiándolo cuando la situación lo requiere y dirigiéndose a cada empleado con un estilo diferente.
Dependiendo de la situación, el líder actuará de una forma u otra, adaptándose a los problemas o imprevistos que vayan surgiendo y actuando de la forma más eficiente para obtener los beneficios deseados.
13. Liderazgo visionario
En este tipo de liderazgo, los líderes involucran a los empleados, reconocen que los métodos, pasos y procesos se obtienen con y a través de las personas. Para ello, intentan que sus trabajadores entiendan por qué se hacen ciertas cosas y cuál es el objetivo que se persigue. En definitiva, los líderes comparten la visión de hacia dónde van con su equipo.
Con este método de liderazgo se busca que todos los empleados entiendan el camino, las metas que se persiguen y el porqué, generando así más motivación a la hora de desarrollar su trabajo.
14. Liderazgo paternalista
Este tipo de orientación es de carácter unidireccional; solo manda uno, aunque de una forma amable y servicial. En la actualidad, apenas encontramos este estilo de liderazgo, aunque todavía puede verse en algunas empresas familiares pequeñas.
Tiene su base en la construcción de un vínculo de confianza con los empleados. El denominado “patriarca” es el líder y se preocupa por el bienestar de todos los trabajadores. Ofrece consejos para que realicen su labor adecuadamente, haciéndoles entender que si no cumplen con sus obligaciones, esto conlleva malas repercusiones para ellos y la empresa.
El líder suele tener una edad más avanzada, es más sabio y tiene mucha más experiencia, por lo que actúa como si sus trabajadores fueran sus hijos, pensando que no pueden actuar de forma autónoma y que deben ser orientados en todo momento.
Suele ser motivador y cómodo para trabajadores con poca experiencia, ya que este tipo de liderazgo les hace sentir apoyados y valorados, pero también tiene una gran desventaja, y es que estanca la maduración del equipo, fomentando que los trabajadores carezcan de criterio propio y sean totalmente dependientes del líder.
15. Liderazgo estratégico
El liderazgo estratégico se refiere al potencial que tiene un líder para expresar una visión estratégica para la organización, o una parte de esta, y para motivar y persuadir a otros para que adquieran esa visión.
Esta manera de liderar también se puede definir como la utilización de la estrategia en la gestión de los empleados.
16. Liderazgo con métodos de coaching
Aunque muchas personas no consideran el coaching como un tipo de liderazgo, este es uno de los más importantes. El liderazgo de coaching implica enseñar y supervisar a los seguidores.
Básicamente, este método se basa en ayudar a los empleados a mejorar sus habilidades. Un líder que utiliza este estilo de liderazgo motiva, inspira y anima a su equipo.
¿Cuáles son los estilos de liderazgo más utilizados?
Recordamos que lo ideal es que los líderes no utilicen un único tipo de liderazgo, sino que hagan un mix y vayan implementando características de cada uno en función de las circunstancias. Aún así, hay cinco métodos de liderazgo que predominan en España.
Un estudio de Infojobs analizó el tipo de liderazgo más utilizado por las empresas y cuál era el más deseado por los empleados. El resultado fue que 1 de cada 3 trabajadores declara trabajar bajo un modelo de dirección autocrático, pero el 37% preferiría tener un liderazgo transformacional en su empresa.
Estos fueron los resultados de la encuesta realizada por Infojobs:
Recuerda que a la hora de decidir qué estilo de liderazgo emplear, dependerá mucho del tipo de empresa, los objetivos empresariales, los trabajadores que tengas y el trato que quieras tener con ellos.
Albert Einstein dijo una vez que “el ejemplo no es la mejor manera de enseñar, es la única”, y esta frase cobra especial sentido cuando hablamos de la relación entre un líder y su equipo.
Por lo tanto, te recomendamos ser el mejor ejemplo para tus empleados, además de ser innovador y visionario, detectar oportunidades de mejora, crear un ambiente que estimule la creatividad de los trabajadores y su productividad. Así conseguirás que tú y tu equipo podáis alcanzar cualquier meta que os propongáis.
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