Capacidad de aprendizaje y alfabetización digital, entre las más demandadas
Tecnologías como la inteligencia artificial, el big data o el internet de las cosas están provocando cambios de tal envergadura en el ser humano y en las organizaciones que la mayor parte de los empleos que hoy conocemos desaparecerán. Estos darán paso a nuevas organizaciones encabezadas por líderes con gran capacidad de intuición, innovación, creatividad, razonamiento, empatía y adaptación a procesos de cambio, habilidades en cuyo entrenamiento e impulso el coaching puede jugar un papel fundamental.
Drones, coches autónomos, internet de las cosas, blockchain, realidad aumentada y otras tecnologías están perfilando un ecosistema laboral y humano VUCA radicalmente distinto al vivido hasta el momento. Según el informe “El futuro de los trabajos 2018”, publicado por el Foro Económico Mundial, los avances técnicos generarán nuevos empleos de calidad para los que más de la mitad de los trabajadores tendrán que mejorar sus habilidades.
En unos casos se trata de habilidades tecnológicas, pero los empleos del mañana también requerirán manejar una serie de competencias y habilidades “blandas” imprescindibles para ejercer el liderazgo exponencial y en cuyo desarrollo el coaching contribuye decisivamente, ya que acompaña a las personas hacia el descubrimiento de potencialidades a partir del entendimiento de los cambios en el ecosistema y en uno mismo.
Estos profesionales del conocimiento se sitúan en cualquier posición jerárquica y se caracterizan por la innovación y la flexibilidad, condiciones idóneas para trabajar en los nuevos tiempos y que, por tanto, serán altamente demandados.
Los trabajadores más demandados del futuro más inmediato poseen destrezas especiales para la adopción de nuevas tecnologías, la optimización del desempeño y los resultados, así como una gran capacidad de adaptación a los cambios.
Los líderes de este nuevo entorno VUCA poseen, además, una especial habilidad para co-crear en un entorno virtual con equipos multiculturales dispersos. Son perfiles que aglutinan diez habilidades muy definidas:
• Adaptabilidad a diferentes contextos y entornos
• Creatividad, innovación, inventiva, capacidad de producir ideas
• Colaboración y motivación
• Alfabetización digital y comprensión de cómo y por qué funcionan las tecnologías digitales
• Capacidad de aprendizaje y resolución de problemas desconocidos en diferentes contextos
• Conciencia del valor del acceso abierto a la información
• Capacidad permanente de experimentación y aprendizaje formal e informal
• Capacidad para utilizar herramientas para resolver diferentes problemas.
• Competencia para crear redes de conocimiento horizontales
• Ausencia de temor al fracaso
Mientras que los trabajadores de las generaciones Y o millennials, nacidos entre 1981 y 1999 aproximadamente, han crecido e integrado este cambio permanente y el aprendizaje continuo, las generaciones anteriores tendrán que adaptarse a esta mentalidad y a colaborar con profesionales que ya cuentan con estas habilidades en su ADN.
Al contrario de lo que pudiera pensarse, no poseer estas destrezas no significa la expulsión del mercado laboral, ya que pueden adquirirse y entrenarse independientemente de la edad, de que se forme parte de una generación u otra. Adquirir habilidades interpersonales, potenciar la toma de decisiones, mejorar la autogestión o la inteligencia emocional son algunas de las facetas sobre las que trabaja el coaching profesional, de ahí que cada vez más organizaciones demanden servicios de coaching ejecutivo no solo para los líderes de equipo, sino para la totalidad de los empleados, según explican desde ICF España, la filial española de la International Coach Federation.
Así, gracias al carácter facilitador del coaching, las personas tienen la posibilidad de transformarse y ser capaces de desarrollarse –e incluso liderar- en los nuevos entornos laborales.
A la hora de decantarse por un servicio de coaching desde ICF España consideran fundamental recurrir a profesionales expertos con formación acreditada.
“Las claves para acertar con el profesional de coaching son formación específica y competencias gracias al reciclaje continuo, la experiencia y el respeto a un código ético”
Cris Moltó, presidenta de ICF