Captar talento en logística:

Sandra cuenta con más de 20 años de experiencia en selección, evaluación y desarrollo de talento, especialmente en sectores estratégicos como la logística, la ingeniería y el área comercial.
Cuenta con formación universitaria en Gestión y Administración, y desde sus primeros pasos profesionales en una empresa de logística integral comprendió el papel esencial que tiene el talento en entornos operativos complejos y altamente dinámicos.
Actualmente, forma parte de la Unidad de Negocio de Madrid en ISPROX, donde diseña estrategias de selección y fidelización adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente. Su enfoque combina cercanía y un profundo conocimiento del mercado laboral.
Sandra está convencida de que el verdadero motor de transformación en las organizaciones son las personas: aquellas que no solo suman competencias, sino que también comparten cultura, valores y visión de futuro.
Sandra, ¿qué te atrajo del sector logístico y qué te llevó a especializarte en la selección de talento para este ámbito?
Más allá de su dinamismo y complejidad operativa, lo que realmente me atrajo del sector logístico fue el entorno humano que descubrí en mi primer contacto profesional. Desde mis inicios, me encontré con equipos comprometidos, entornos colaborativos y una forma de trabajar donde la cercanía y el compañerismo son esenciales, incluso bajo presión. Me sentí cómoda, segura y parte de algo más grande desde el primer día, y esa sensación de pertenencia marcó profundamente mi forma de entender el trabajo.
Con el tiempo, especializarme en la selección de talento para este ámbito fue una evolución natural. Conozco bien sus retos, sus ritmos y, sobre todo, qué tipo de personas encajan de verdad, tanto a nivel técnico como humano. Acompañar a las empresas en la búsqueda de profesionales con actitud, compromiso y valores alineados es, para mí, una manera de devolver al sector todo lo que me ha aportado y seguir contribuyendo a su crecimiento desde un lugar que me apasiona.
¿Cuáles son los perfiles más demandados actualmente en el sector logístico y por qué crees que están cobrando tanta relevancia?
Los perfiles más demandados actualmente son los técnicos: planificadores de operaciones y mejora continua, responsables de almacén con manejo de herramientas digitales y perfiles especializados en última milla y e-commerce. A medida que la digitalización y la sostenibilidad toman protagonismo, también crece la necesidad de perfiles híbridos, con conocimientos tanto operativos como tecnológicos, como analistas de datos logísticos o expertos en gestión de flotas inteligentes.
Estos perfiles están ganando relevancia porque la logística ya no es solo un área de soporte, sino una parte fundamental de la experiencia del cliente. La rapidez, la trazabilidad y la eficiencia energética son ahora diferenciadores clave, y eso exige un talento cada vez más especializado y polivalente.
La logística ha cambiado mucho en los últimos años, ¿cómo ha impactado esa transformación en los procesos de selección?
La transformación digital, la automatización de procesos y el auge del e-commerce han elevado los estándares en los procesos de selección. Ya no basta con identificar experiencia previa: ahora es crucial valorar la adaptabilidad del candidato, su capacidad para trabajar con tecnologías emergentes y su disposición al aprendizaje continuo.
Desde ISPROX hemos adaptado nuestros procesos incorporando evaluaciones más completas, que analizan tanto las competencias técnicas como las soft skills. También apostamos por entrevistas por competencias, simulaciones situacionales y herramientas digitales que nos permiten ser más ágiles, pero sin perder el enfoque humano y personalizado que nos caracteriza.
¿Qué habilidades blandas consideras fundamentales para trabajar en logística hoy en día?
Resiliencia, capacidad organizativa y liderazgo son imprescindibles. En logística, los imprevistos forman parte del día a día, y saber mantener la calma y tomar decisiones rápidas marca la diferencia. También es clave la comunicación efectiva, tanto para coordinar equipos como para interactuar con clientes y proveedores en entornos de alta presión.
Además, destaco la proactividad y la orientación a resultados. Los profesionales logísticos deben ir un paso más allá, anticiparse y proponer mejoras constantes. Son competencias que no siempre aparecen en el CV, pero que marcan el éxito en el puesto.

Sandra cuenta con más de 20 años de experiencia en selección, evaluación y desarrollo de talento, especialmente en sectores estratégicos como la logística, la ingeniería y el área comercial. Cuenta con formación universitaria en Gestión y Administración, y desde sus primeros pasos profesionales en una empresa de logística integral comprendió el papel esencial que tiene el talento en entornos operativos complejos y altamente dinámicos.
Actualmente, forma parte de la Unidad de Negocio de Madrid en ISPROX, donde diseña estrategias de selección y fidelización adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente. Su enfoque combina cercanía y un profundo conocimiento del mercado laboral.
Sandra está convencida de que el verdadero motor de transformación en las organizaciones son las personas: aquellas que no solo suman competencias, sino que también comparten cultura, valores y visión de futuro.
Desde tu experiencia, ¿qué retos enfrentan las empresas logísticas a la hora de atraer y retener talento cualificado?
Uno de los retos más relevantes sigue siendo la alta competencia por el talento. Los perfiles clave del sector logístico —especialmente técnicos y mandos intermedios— también son altamente demandados por otras industrias. Por eso, hoy más que nunca, las empresas necesitan diferenciarse no solo en términos retributivos, sino también en aspectos como cultura organizacional, posibilidades de desarrollo, estabilidad y estilo de liderazgo.
Pero hay un aspecto que considero esencial y que muchas veces se subestima: el momento previo a la incorporación. La entrevista no es solo una herramienta de evaluación; es también una oportunidad para generar conexión, transmitir confianza y, sobre todo, explicar bien el proyecto. Hacerlo brillar, mostrar su propósito y los retos reales que se ofrecen puede marcar la diferencia.
De igual modo, contar con una estrategia de onboarding bien definida, atractiva y coherente con lo prometido en el proceso de selección es clave para generar compromiso desde el primer día.
Y no podemos olvidar otro factor cada vez más decisivo: la conciliación y la flexibilidad. Las personas buscan un entorno que les permita equilibrar vida personal y profesional, pero esto debe ir acompañado de una estructura clara, con objetivos bien definidos y alcanzables.
¿Cómo identificas a los candidatos que pueden crecer dentro de una empresa logística y no solo cubrir una posición operativa?
Más allá del currículum, lo que realmente marca la diferencia es el potencial de evolución. Me fijo especialmente en habilidades como la curiosidad por el negocio, la capacidad de análisis, la iniciativa o la forma en que se comunican y enfrentan situaciones complejas. Las entrevistas son una herramienta clave, no solo para conocer la experiencia previa, sino para detectar cómo piensa la persona, cómo aprende, cómo gestiona los errores y si tiene una mirada proactiva hacia la mejora continua.
Ahora bien, creo firmemente que ahí es donde entra en juego algo esencial: la experiencia del headhunter. Detectar talento que puede crecer dentro de una organización no es solo cuestión de procesos, también es una cuestión de olfato, de intuición profesional basada en años de escuchar, observar y conectar puntos.
Evaluar bien implica ver más allá del puesto inmediato y entender si ese perfil tiene recorrido real dentro del contexto de la empresa. Por eso, en ISPROX trabajamos con una visión 360, muy alineada con los planes de desarrollo de nuestros clientes, para que la incorporación sea sólida a corto plazo, pero también con futuro dentro de la compañía.
¿Qué diferencias encuentras entre seleccionar para operadores logísticos, empresas de transporte o centros de distribución?
Aunque cada ámbito tiene sus propias particularidades, para mí no son mundos separados, sino piezas que se interrelacionan constantemente dentro de una misma cadena de valor. Entender cómo se conectan la distribución, la operativa logística y el transporte permite seleccionar talento con una visión más completa y estratégica. En lugar de centrarnos solo en las tareas de un puesto, analizamos cómo ese perfil impactará en el conjunto.
En ISPROX colaboramos estrechamente con empresas pertenecientes a estos sectores, lo que nos ha permitido adquirir un conocimiento muy profundo del entorno, tanto desde una perspectiva técnica como territorial. Sabemos cuáles son los perfiles más demandados, dónde escasean y qué dinámicas afectan a cada zona. Esto es clave en un contexto donde captar talento especializado se ha vuelto cada vez más complejo.
Por eso, no aplicamos fórmulas genéricas. Estudiamos la operativa, la cultura de cada empresa y su grado de transformación tecnológica para diseñar procesos de selección realmente adaptados. Utilizamos herramientas de evaluación ajustadas, entrevistas por competencias específicas y mantenemos una comunicación constante con el cliente. Más que cubrir un puesto, buscamos incorporar al profesional que encaje y fortalezca el engranaje exacto de toda la estructura.
¿Qué tendencias ves en la gestión de talento dentro de la logística de cara a los próximos años?
Estamos viviendo un cambio claramente disruptivo en el sector logístico. La automatización, la robotización y el uso de inteligencia artificial están transformando por completo la operativa, la toma de decisiones y los modelos de productividad. Ya no hablamos solo de optimizar procesos, sino de repensar la logística desde la cadena de suministro (Supply Chain) hasta la última milla, con una visión mucho más integrada, analítica y tecnológica.
Todo esto tiene un impacto directo en la gestión del talento. Se demandan perfiles mucho más versátiles, con capacidad de adaptación al cambio, competencias digitales sólidas y visión estratégica.
La figura del profesional logístico tradicional está evolucionando hacia un perfil híbrido: técnico, pero también con capacidad analítica, pensamiento crítico y liderazgo transversal.